Todavía los chicos y chicas miran Casi Ángeles. Sí, lo sé, es tristísimo. Conocí a una chica de 20 años obsesionada con toda esa mierda comercial y me dió pena. Pobrecita, no conoce que hay un mundo artístico afuera de su nube de pelotudismo constante que espera ser descubierto. Meanwhile, que le sigan chupando -epa!- el cerebro.
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