26/7/11

Caption: The story of my life, when nothing seems to be the way I want them to be. Isn't it a pity? Isn't it a shame? How we brake each other hearts, and cause each other pain? How we take each other's love without thinking anymore; forgetting to give back.. Isn't it a pity? (whistles).

11/7/11

Para no llorar en el mar ni en la vida.

Un sultán decidió hacer un viaje en barco con algunos de sus mejores cortesanos. Se embarcaron en el puerto de Dubai y zarparon en dirección al mar abierto. En cuanto el navío se alejó de tierra, uno de los subditos -que jamás había visto el mar y había pasado la mayor parte de su vida en las montañas- comenzó a sufrir un ataque de pánico.
Sentado en la bodega de la nave, lloraba, gritaba y se negaba a comer y a dormir. Todos procuraban calmarlo, diciéndole que el viaje no era tan peligroso, pero aunque las palabras llegasen a sus oídos no alcanzaban a su corazón. El sultán no sabía qué hacer, y el hermoso viaje por aguas tranquilas y cielo azul se transformó en un tormento para los pasajeros y la tripulación.
Pasaron dos días sin que nadie pudiera dormir con los gritos del hombre. El sultán ya estaba a punto de mandar volver al puerto cuando uno de sus ministros, conocido por su sabiduría, se le aproximó:
-Si Su Alteza me da permiso, yo conseguiré calmarlo.
Sin dudar un instante, el sultán le respondió que no sólo se lo permitía, sino que sería recompensado si conseguía solucionar el problema.
El sabio entonces pidió que tirasen al hombre al mar. En el momento, contentos de que esa pesadilla fuera a terminar, un grupo de tribulantes agarró al hombre que se debatía en la bodega y lo tiró al agua.
El cortesano comenzó a debatirse, se hundió, tragó agua salada, volvió a la superficie, gritó más fuerte aún, se volvió a hundir y de nuevo consiguió ponerse a flote. En ese momento, el ministro pidió que lo alzasen nuevamente hasta la cubierta del barco.
A partir de aquel episodio, nadie volvió a escuchar alguna queja del hombre, que pasó el resto del viaje en silencio, llegando incluso a comentar con uno de los pasajeros que nunca había visto nada tan bello como el cielo y el mar unidos en el horizonte. El viaje -que antes era un tormento para todos los que se encontraban en el bardo- se transformó en una experiencia de armonía y tranquilidad.
Poco antes de regresar al puerto, el Sultán fue a buscar al ministro:
-¿Cómo podías adivinar que arrojando a aquel pobre hombre al mar se calmaría?
-Por cause de mi matrimonio -respondió el ministro-. Yo vivía aterrorizado con la idea de perder a mi mujer, y mis celos eran tan grandes que no paraba de llorar y gritar como este hombre. Un día ella no aguantó más y me abandonó, y yo pude sentir lo terrible que sería la vida sin ella. Sólo regresó después de prometerle que jamás volvería a atormentarla con mis miedos. De la misma manera, este hombre jamás había probado el agua salada y jamás se había dado cuenta de la agonía de un hombre a punto de ahogarse. Tras conocer eso, entendió perfectamente lo maravilloso que es sentir las tablas del barco bajo sus pies.
-Sabia actitud -comentó el sultán.
-Está escrito en un libro sagradoo de los cristianos, la Biblia: "Todo aquello que yo más temía, terminó sucediendo". Ciertas personas sólo consiguen valorar lo que tienen cuando experimentan la sensación de su pérdida.

7/7/11

Era de suponerse.

Otra vez, vacío. Ya no hay nada que hacer, esto no dá para más. Esto no dá para más.

6/7/11

aɪ, maɪ, miː

I push people away.
I am socially inept.
I am always the second option.
I feel like a 14 year old girl.
I
I
I
Reset.
I have no idea how this is going to end.
I hope it explodes. In your face.
I push people away.
I am socially inept.
I am always the second option.
I feel like a 14 year old girl.
I
I
I
Reset.
Stop.
End.