8/9/08

(Inter) Acción.

Jamás estuve a favor de una injusticia; soy de las que sostiene que se necesita un equilibrio en cualquier acto o sentimiento que se cometa en la vida (aunque no en todos los casos se siga con este ideal). En fin, sé que mi opinión no va a modificar ni cambiar sustancialmente a nada ni a nadie, pero quien dice que algún día me convierta en la mejor amiga de la hija de Cristina y pueda llegar así al poder político y mandatario de la República Argentina mediante mi influencia sobre Flor más mis conocimientos previos cuando me convierta en una traductora pública (lo que está totalmente decidido). Bueno, no deliraba nada, no claro que no.

El asunto es éste, estoy cansada de ver a algunos con tanto y a otros con tan poco. Es injusto, demasiado. Es tan chocante ver por mi barrio a esas parejitas donde la mina es un conejo reproductor con cinco chicos chiquitos de la mano y donde el hombre es un borracho semanal, sin empleo, utilizando su tiempo libre como hobbie, sin importarle minimamente su familia ni su misma persona, que en mi se despierta el deseo más sangriento y doloroso.
No es justo, no es justo y nadie hace nada para cambiarlo. Esta postura que sostengo ya comienza a irritarme sabiendo que yo tampoco puedo hacer nada. No es negación ni pesimismo, ya que el pesimista cree que puede mejorar, mientras el optimista se queda con su alegría eterna y no avanza, no se supera, no se esfuerza. Digamos una gran verdad; muchos se conforman con su estado y se preguntan ¿Para qué tratar de arreglar mi vida, si sé que no voy a llegar a nada, que mis hijos van a tener que soportar esto que vivimos en su futuro, ya que esto es un círculo vicioso en el que se comienza en la pobreza y se termina en cosas peores?

Vamos al otro extremo, la riqueza absoluta, el nacer en cuna de oro, y etcéteras de nombres. Mucha envidia se genera, obviamente de personas sin materia gris que no tienen otra cosa más que envidiar el triunfo de los demás, pero eso es tema aparte y ya se hablará en otra oportunidad.
Tampoco se resuelve nada, no hay interacción por esta parte, ni ayuda (ok, no toda la población son lobos ambiciosos hambrientos de poder y dinero, hay gente buena y mucha! diría Raúl Portal) (? así que caemos en una inercia, un continuo estado de.. ¿De qué? De saber que estamos mal y no buscar soluciones inmediatas, sino planes y proyectos de estado a futuro que jamás dan resultado alguno. Tiene que todo desarrollarse y ya! Ahora, no esperar más tiempo, ni nada. Porque en estos momentos se muere alguien de hambre, y en este preciso instante se está muriendo otra persona a causa de violencia, maltrato, violación, y millones de problemas más.

No se soporta más vivir así! Si así es mi presente, me niego a soportar un futuro peor acá, me rehuso.

Chau, saltó mi lado maduro hoy, que se vaya rápido por Dios :)

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